lunes, 23 de mayo de 2011

EL REVISIONISMO HISTÓRICO COMO FORMA DE NEGAR UNA ENTIDAD GITANA ORIGINARIA COMO TAL

EL REVISIONISMO HISTÓRICO COMO FORMA DE NEGAR UNA ENTIDAD GITANA ORIGINARIA COMO TAL

© M. Romero Y. 2011

El pueblo Romanó, o gitano, por las vicisitudes de su historia, ha carecido tradicionalmente de registros escritos propios, con lo cual ha quedado "a merced" de las a menudo prejuiciosas teorizaciones de los no gitanos, que no pocas veces han terminado siendo nada más que pretextos para justificar una persecución despiadada. Analizaremos aquí, a través de un rápido vistazo a textos de los siglos XVII y XVIII, y algunos ejemplos contemporáneos, un fenómeno repetido en la historia del pueblo gitano europeo, cual es la negación de una identidad Romaní original por parte de autores que han tratado el origen de los gitanos, y cuyo corolario sería que lo llamado comúnmente "pueblo gitano" serían simplemente bandas de marginales europeos organizadas ex-profeso para vivir por fuera de la sociedad tradicional, llegando a sugerirse inclusive la inexistencia histórica de un "pueblo gitano" como tal. Las características comunes a estas visiones "negacionistas"´son:

-la negación del carácter de etnia al pueblo gitano
-el desconocimiento o la negación implícita del origen indio, sin un fundamento científico
-un uso discrecional de datos históricos o sociales
-una agenda política más o menos encubierta

La negación tanto del origen indio como de su carácter de etnia, junto con la manipulación de datos, son funcionales a la intencionalidad política de presentar al pueblo gitano como un grupo de individuos marginales sin un origen único común, lo cual a su vez deja la puerta abierta a la posibilidad de justificar políticas represivas o asimilacionistas dentro del marco de la legislación de los diferentes estados. Esto fue un hecho común a lo largo de la historia europea ya desde el siglo XV, y su trágica culminación sería el poraimos, el Holocausto Gitano perpetrado por los nazis en la Segunda Guerra Mundial, cuando fueron asesinados un millón de gitanos.


EL ANTIGITANISMO ORIGINAL


El "antigitanismo" es de tan vieja data como la presencia de los mismos gitanos en Europa Occidental, manifestándose no sólo de a través de "opiniones" cargadas de intolerancia y racismo, sino también por legislación estatal represiva. En España, donde la primera pragmática antigitana se dicta en 1499, uno de los textos más señalados en este sentido es el escrito en 1631 por el alcalde de casa y corte real Sancho de Moncada, el violentamente racista "Discurso contra los Gitanos", donde se cita, entre otros muchos autores que "teorizan" sobre el tema: "... el maestro Fray Iuan de la Puente dize, que a algunos les parece que son...Egypcios, que passaron con Hercules de Asia a España, a robar los ganados de Gerión, que fueron los primeros ladrones que hubo en estos reynos... Lelio Bisciola dixo, que no ay que molestarse en buscar el origen desta gente, sino tener por indubitable que son...escoria ...de cada nación, ...Bonifazio dize, q para parecer alienígenas, y de tierras diferentes, se lauan las caras cada mes con el zumo de unas yeruas, q les pone la tez negra, y esto haze creer a algunos que no son Españoles, sino naturales de otra tierra tan abrasada como Africa, o Egipto...que fingen ser extranjeros..." (1). No sólo a los gitanos como pueblo, sino también a la lengua gitana se le negará su carácter de tal, muy a tono con la ignorancia y la intolerancia reinantes en aquella Europa recién salida de las tinieblas medievales. Ni el mismísmo Covarrubias pudo escapar a esta generalización, aún siendo quizá el primer europeo en sugerir el carácter indoeuropeo oriental de la Romani čhib. Así, opina que“...la lengua que hablan propia tira a esclavona, no embargantes que tengan otra ficticia con que se entienden que comúnmente llamamos jerigonza, corrompido el vocablo de zingerionza, lenguaje de cingaros...” (2). Esta visión antigitana, cargada de una subjetividad a menudo violentamente negativa, es común al resto de Europa Occidental y Central (3), a menudo con un tosco matiz racista: ya en 1417 el monje Cornerius, en Alemania, habla de las "horribles caras, negras como los tártaros" de los gitanos que había visto en su país (4).
El propósito implícito de esta caracterización "oficial" de los gitanos no era otro que negar una identidad gitana como tal, con el objeto deliberado de justificar la represión criminalizadora de todo el colectivo, en ocasiones con ánimo de utilizar a los gitanos como mano de obra esclava, como ya sucedía en España en las minas de Almadén o en las tristemente célebres galeras reales. La represión alcanzará su clímax, en España, en la Gran Redada de 1749, cuando al menos 12500 gitanos españoles fueron conducidos a presidios para trabajos forzados en los arsenales (5). Esta historia de ensañamiento contra la minoría gitana (cuatrocientas medidas represivas dictadas a lo largo de tres siglos) tendrá su corolario el 19 de setiembre de 1783, cuando Carlos III promulga su famosa pragmática, "Reglas para contener y castigar la vagancia y otros excesos de los llamados gitanos" que en buena parte repite lo dispuesto en todas las anteriores, manteniendo inclusive la pena de muerte para los "reincidentes", disponiendo el fin de la persecución sólo a aquellos gitanos que se asimilen voluntariamente, en un plazo de noventa días, o sea, que se resignen a la pérdida absoluta de su identidad étnica: traje, lengua, oficios, la forma de vida gitana en todos sus aspectos. En realidad, lo único realmente novedoso e interesante de este instrumento legal es que en él el monarca absoluto decreta que "los que llaman y se dicen gitanos, no lo son, ni por origen, ni por naturaleza...", prohibiendo inclusive a todos sus vasallos que "llamen o nombren a los referidos" con el nombre de "gitanos". Inclusive, "para mayor olvido de esas voces injuriosas y falsas, quiero, se tilden y borren de cualesquier documentos en que se hubieren puesto o pusieren..." (6). El texto es claro: ya no sólo se trata de eliminar por todos los medios a un pueblo "diferente", ahora se trata de prohibir hasta la mención de la existencia de su identidad separada. Si antes los autores intentaban con argumentos pseudo-históricos negar que los gitanos fueran una etnia, ahora el mismísimo rey se encarga de ordenar que los gitanos no lo sean "ni por origen ni por naturaleza" , como queriendo llevar su absolutista potestad a los extremos de modificar la realidad de las cosas y las personas.


UN FENOMENO CONOCIDO CON ROPAJE NUEVO


Tales distorsionadas visiones sobre los gitanos no son, sin embargo, cosa del pasado. Si bien con el comienzo de los estudios científicos sobre la lengua gitana a fines del siglo XVIII (7) la "visión antigitana" comienza a perder terreno de a poco, a fines del siglo XX ha surgido cierta corriente de la antropología social cuyos autores, a partir de un enfoque parcializado de la temática gitana, e ignorando tanto la evidencia linguistica, como los testimonios etnográficos e históricos, afirman que la noción de "pueblo gitano" habría sido inventada por algunos estudiosos a partir de la observación de grupos nómades mayormente europeos, no relacionados entre sí por un origen común (8). No deja de sorprender la extraña serie de acrobacias teóricas que se ven obligados a llevar a cabo para poder llegar a "novedosas" conclusiones, que, como se verá, no hacen más que renovar, de una manera academicista, y desde posiciones pretendidamente reivindicatorias, la vieja negación de la existencia de los gitanos como pueblo, e inclusive del carácter de su lengua como tal. Para ello, estos escritores pasarán por alto de forma antojadiza o interpretarán a su manera la mayoría de los datos linguísticos e históricos conocidos, tras intentar, un tanto burdamente, desprestigiar a casi todos los autores que no coincidan con su particular visión.
Así, los "de-constructivistas" holandeses Willems y Lucassen (9), tras poner en duda el origen indio (sin ningún fundamento convincente), afirman que no existió una identidad gitana como tal hasta su "invención" por el linguista alemán Grellmann en el siglo XVIII, y que los distintos grupos gitanos no serían sino mayormente europeos marginalizados, sin mayor relación con la India. La inglesa Oakley, que puede considerarse fundadora de esta corriente, sugiere que los "Gypsies" (para usar su anglocéntrica nomenclatura) serían en realidad grupos heterogéneos por origen y cultura, con lo que niega de manera implícita la existencia de un pueblo gitano como tal, así como su origen indio. Vale la pena detenerse un poco en esta polémica autora, si bien no es tarea fácil resumir la larga serie de inexactitudes y distorsiones con las cuales construye su personal enfoque de los "gitanos". Ya en la introducción de su "Travellers and Gypsies" (10), afirma que el pueblo gitano sería originalmente "una mayoría de vagabundos y excluidos de origen local campesino" que "se habrían unido a ciertos Egipcianos ", habrían formado "una nueva identidad" y "se habrían apropiado (sic) de un vocabulario o creole/pidgin" relacionado a "alguna forma anterior (?) de Sánscrito" que " habría cruzado muchas fronteras en Europa a lo largo de las rutas de comercio". Este "vocabulario..." viajero no sería otra cosa para esta autora que el Romanes, al cual no vacila en despojar de su carácter de lengua (materna), presentándolo como una "jerga comercial secreta", casi de la misma manera como lo sostenían los autores antigitanos del siglo XVII, retrotrayendo así el enfoque de la temática gitana a la época previa al inicio de los estudios científicos sobre el Romanes. Como para tener una idea de la calidad de sus razonamientos, por ejemplo, la autora, basándose precisamente en aquellos autores antigitanos del siglo XVII, conjetura que "personas (nótese cómo calculadamente evita hablar de los gitanos como un colectivo) que se denominaban a sí mismas "egipcios" encontraban conveniente adoptar un nombre y una apariencia extranjeros" : imaginar que hubiera habido quien quisiera hacerse pasar por "gitano" en tiempos de las más despiadadas persecuciones es simplemente estúpido (11). Concluye con una lapidaria sentencia: "...en vez de pergeñar un supuesto origen indio, sería más relevante examinar las circunstancias sociales y políticas de la aparición de los Gypsies...". No queda claro (tal vez, no lo tiene en claro) si por "Gypsies" se refiere a los gitanos de Inglaterra, a todos los gitanos europeos, o a quiénes. Las extrañas especulaciones de esta escritora y sus seguidores recuerdan casi textualmente a los autores antigitanos del pasado. En fin, quizá no sea casualidad que Oakley sea la responsable, por ejemplo, de un artículo que lleva el sugestivo título de 'Non territorial culture as the rationale for the assimilation of Gypsy children' , en la revista Childhood, volumen 4, del año 1997.
En suma, nihil novum sub sole, tal vez se trate ahora de eliminar a "lo gitano" por medios más sutiles. Desde posiciones pretendidamente "tolerantes", y disfrazando con un ropaje liberal la antigua negación absolutista de lo gitano, esta corriente intenta imponer una visión en la cual la identidad gitana se disuelve, descontextualizada, en medio de disquisiciones puramente teóricas, en el marco de una perspectiva sugestivamente ahistórica, que prescinde arbitrariamente de toda conexión con sus probados orígenes.


CONCLUSION


Los casos señalados más arriba sirven como ejemplo de cómo autores contemporáneos, en algún caso con posibles motivaciones asimilacionistas y hasta con ecos románticos del mito del "eterno nómade" sin pasado ni futuro, reviven una visión en esencia similar a la de los antigitanos del pasado: la negación de la etnicidad gitana originaria, como tal. Este enfoque acientífico, arbitrario, y confinado a un estrecho círculo de autores, queda refutado ya desde el inicio mediante la verdad de los hechos históricos aunados con las investigaciones linguísticas realizadas a cabo a partir del siglo XVIII, y ha merecido el rechazo unánime de la comunidad de estudiosos de la cultura gitana, como así también de los mismos intelectuales gitanos.
Parece razonable, en fin, reclamar que el estudio de la historia de los gitanos tenga la honestidad y la seriedad imprescindibles a toda ciencia, evitando así que bizantinas especulaciones sin conexión con la realidad del pueblo gitano, siembren confusión entre los que se interesan por su verdad histórica. En conclusión, el origen del pueblo gitano sigue siendo un enigma cuya pista se esfuma en el corazón de la India, casi tres milenios atrás. Serán los gitanos herederos de los misteriosos fundadores de Harappa y Mohenjo Daro...? Quién sabe, tal vez algún día la ciencia histórica nos dé la respuesta.


NOTAS


(1) En Grande, Felix, Memoria del Flamenco Espasa Calpe 1979, p. 680
(2) En realidad, en casi todos los países de Europa hubo cierta simpatía hacia los gitanos, entre las distintas clases sociales. En España (y en algunos otros países) hubo nobles que protegieron a los gitanos, y algunos hasta quizá hayan incurrido en la ira real por hacerlo, para no hablar de los muchos casos de campesinos que mantenían estrechas relaciones comerciales, sociales y culturales con ellos. No obstante, tales casos no cambian el panorama general de intolerancia de la época. Tal vez el único país europeo con un cierto grado de tolerancia considerable hacia los gitanos haya sido la Rusia zarista, un imperio multiétnico donde los gitanos gozaron de bastante libertad, en inclusive del favor de los nobles y de la intelectualidad. Recuérdese la obra y la vida del genial Aleksandr Pushkin, o los famosos coros gitanos de San Petesburgo.
Ver el interesante estudio, en ruso, de Bessonov, Nikolay, y Demeter, Nadezhda: История цыган России (конец XVII-XX в.в.), en ИСТОРИЯ ЦЫГАН - НОВЫЙ ВЗГЛЯД, Воронеж, 2000, accesible online en
http://gypsy-life.net/history-main.htm.
La situación cambiaría drásticamente sobretodo durante la represión generalizada de la era de Stalin.
Ver, también en ruso, de Bessonov, Nikolay: Цыгане под сенью рубиновых звёзд, en "30 октября". III-IV.2002, М., № 22, pp. 6-7 y en http://gypsy-life.net/history06.htm
(3) Según Kenrick, D, citado en Duna, W: Gypsies, a persecuted race, en http://www.chgs.umn.edu/histories/victims/romaSinti/gypsies.html
(4) Covarrubias, Sebastián de: Tesoro de la lengua castellana o española, SA Horta, Barcelona, 1943, p.642
(5) La noche del 30 de julio de 1749 tropas del ejército español cercaron simultáneamente las gitanerías de las principales ciudades españolas y apresaron a la gran mayoría de gitanos sedentarizados, con el propósito de conducirlos a presidios, de donde en teoría se los derivaría, separados por sexo y edad, para su uso como mano de obra esclava. Si bien, tras un larga detención sin mediar proceso alguno, muchos fueron liberados, otros muchos quedarían detenidos o sometidos a trabajos forzados por hasta veinte años.
Ver Gómez Alfaro, A: "La Gran Redada", Ed. Presencia Gitana, Madrid, 1994.
(6) En Grande, Felix, Memoria del Flamenco, p. 262
(7) Ver el estudio de Matras, Y.: Johann Rudiger and the study of Romani in 18th Century Germany, en Journal of the Gypsy Lore Society, fifth series, 9: 89-116. (1999) , accesible online en http://romani.humanities.manchester.ac.uk/atmanchester/publications/downloads.shtml
(8) Y sin embargo, colectivos semejantes existieron y existen aún en Europa. Tal vez habría sido más pertinente (aunque menos sensacionalista) aplicar este enfoque a colectivos como los quinqui, los jenisch, o los tinkers. Lo propio quizá podría hacerse con el origen de jergas secretas como el Rodi o el Shelta.
(9) Los escritores de esta "escuela anti-india" son analizados (y refutados con contundencia) en Matras, Y., 2004. The role of language in mystifying and de-mystifying Gypsy identity. En: Saul, Nicholas & Tebbutt, Susan, eds. The role of the Romanies. Liverpool: Liverpool University Press. 53-78, y online en
http://romani.humanities.manchester.ac.uk/downloads/2/Matras_Mystification.pdf
(10) Oakley,J The Traveller-Gypsies, Cambridge 1983


सत्यमेव जयते'

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